Tras el descomunal éxito que fue Call of Duty
Modern Warfare y más que el éxito tras la evolución técnica y de tono que
supuso para una saga que parecía perfilarse al estancamiento, los fanáticos más
recalcitrantes de la serie Call of Duty estábamos realmente emocionados por
descubrir cómo es que los demás estudios le seguirán el paso a Infinity War.
Más aún cuando la siguiente iteración de la
serie sería la que subiera el telón de la novena generación de consolas, así
las cosas, la pregunta es si Call of Duty Black Ops Cold War sigue con la
evolución y vuelve a ser una entrega de la nueva era o si más bien supone un
retroceso a los viejos días de Call of Duty, pues bueno en las siguientes
líneas por fin lo sabremos.
Conceptos básicos de juego
Call of Duty Black Ops Cold War es un juego de
disparos al que ir en primera persona, esta descripción en realidad aplica a
cualquier entrega de la serie pero luego de Modern Warfare parece que la saga
comienza a dividirse en dos estilos claramente delimitados.
Uno relativamente realista en las manos de
Infinity War y otro más juguetón y hollywoodense que vendría siendo
precisamente éste, de modo que Call of Duty Black Ops Cold War deja atrás la
sobriedad de la geopolítica contemporánea y los terroristas, retoma la fantasiosa intriga de espías retro que le ha caracterizado
desde los primeros días de la subsaga y resucita a los zombies, valga la
redundancia.
Secuencias de números indescifrables, memorias
confusas, agentes dobles, instalaciones secretas, documentos confidenciales y
más constituyen la esencia de este relato de la guerra fría.
Es una estructura típica de Call of Duty, un
corredor infinito, entre cruzado por explosiones, persecuciones, cuellos de
botella y la tradicional sensación de urgencia que hace a las campañas de Call
of Duty tan adictivas y emocionantes pero a menudo también tan predecibles y
hasta empalagosas.
Cold War incorpora un sistema de pistas que
sirve para desbloquear misiones opcionales así como toma de decisiones, sigilo,
sabotaje y hasta una diminuta pizca de RPG en la elección de ciertos rasgos de
tu personaje.
En el papel suena genial, después de todo más
es mejor ¿No es cierto?, pero para quienes venimos siguiendo a la franquicia Call
of Duty desde sus días en la segunda guerra mundial, eso de andar eligiendo
características, buscando items en los niveles, repitiendo misiones para
encontrar cosas y rascándose la cabeza para descifrar secuencias de números y
letras, se siente un poco ajeno a la serie.
No es que esté mal, simplemente no va, de otra
manera estaríamos jugando otro juego, en fin, algo más congruente con la
esencia de combate de la franquicia son las ejecuciones a las Farcry, mismas
que con oprimir el stick derecho permiten abatir enemigos con combos de golpes
a lo John Wick o convertirlos en escudos humanos para después devolverlos al
emisor con una sorpresa, es espectacular y satisfactorio pero nada que no se
hubiera hecho antes en otra parte, Farcry.
En fin, hizo falta ese chispazo de innovación
congruente con la serie, como lo fueron las misiones de visión nocturna en
Modern Warfare que sin romper con la filosofía de la saga, asombraban desde el
ángulo técnico pero también desde el temático y hasta moral.
Si algo podemos rescatar aquí como diferente o
único es que la historia entrelaza elementos y personajes que no esperábamos
encontrar en esta sub saga y de los cuales no diremos más para no echarlo a
perder.
Por lo demás es lo mismo que solíamos
encontrar en Call of Duty antes de Modern Warfare, una montaña rusa entretenida
pero que asumen pocos riesgos y termina en 5 o 6 horas.
Optimización y gráficos
Ahora bien, ponerse a debatir cuál de los
últimos Call of Duty luce mejor sería un cuento de nunca acabar, lo cierto es
que Cold War corre en un Engine diferente al Modern Warfare y luce bien, digno tanto
del final de la generación pasada como del comienzo de la nueva.
Nuestro único reproche fue a las pantallas de
carga, curiosamente largas en PlayStation 4 pro, uno que otro desliz de tasa de
cuadros por segundo en los cinemas y otras anomalías aisladas.
Pero más que el tema gráfico lo que realmente
brilla en Cold War es el concepto visual, la dirección de arte.
En este apartado hicieron un trabajo fenomenal
con la ambientación y el cuidado a los detalles, desde los disquetes pasando
por las viejas computadoras de comienzos de los 80, las estatuas soviéticas,
los planos, los teléfonos alámbricos, los uniformes, los edificios comunistas,
los carros de antaño, las junglas de la guerra de Vietnam, los helicópteros y
hasta los minijuegos y las cinemáticas son un agasajo visual que puedes
disfrutar en un menú separado.
Multijugador
Por lo concerniente al multijugador también
tenemos un regreso a la era pre Modern Warfare, seguramente nos falta que la
echa de menos pero eso de abrir y cerrar puertas así como apoyar armas en la
superficie, eran recursos que aportaban una dimensión diferente a la
jugabilidad de Modern Warfare y que acá ya no existen.
Es evidente que la idea fue bajarle dos
rayitas al poco realismo que la saga había adoptado y regresar a los días de
las barridas exageradas, las recargas prácticas, las corredizas y los brincos.
El compás de los personajes se siente un poco
más suelto, las armas un poco más ligeras y el ritmo un poco más acelerado,
quizá es cuestión de gustos pero si algo podemos decir con objetividad es que
este retorno a la vieja filosofía de juego no sorprende y aquí sí podemos
afirmar que en aras de la fluidez gráficamente este multijugador es un poquitín
inferior a Modern Warfare.
Un requerimiento que quizá fue propio de la
inclusión de modo a pantalla dividida lo cual es bueno pero regresar a lo
previo tampoco es 100% malo, por ejemplo a nosotros nos gusta más el sistema de
rachas por puntos, que si bien demerita la habilidad, recompensa el juego en
equipo y permite a la mayoría de los jugadores al menos mirar a las rachas más
espectaculares.
La armería está de regreso, fácil de entender
y de apreciar, también hay algo agradable en ver el retorno de los prestigios
que agregan una motivación adicional al hecho de jugar, jugar y jugar.
Cosa que la mayoría de los fans hace todo el
año y también está súper que otra vez exista la opción de votar por los mapas
en el vestíbulo que no sabemos porque habían quitado.
Modos de juego
También nos gustaron algunos modos nuevos, en
particular con Combined Arms, un tipo de partida a mayor escala que permite el uso
de vehículos y presenta mapas muy ingeniosos donde hasta se puede combatir bajo
el agua.
Dirty bomb, un modo muy grande que también
soporta vehículos y donde los enemigos abatidos sueltan uranio que hay que
depositar en bombas repartidas por el mapa con el fin de llenar las y hacerlas
estallar.
También nos pareció entretenido y refrescante
mientras que la idea de proteger la extracción de un personaje armado solamente
con un cuchillo y una pistola nos divirtió por más familiar que resultara.
Los operadores también están de vuelta en la
misma forma que adoptaron en Modern Warfare, es decir, sin habilidades
especiales pero sí con mucho estilo.
Aunque ahora estos skin son más difíciles de
obtener pues varios de ellos requieren retos complejos tanto multijugador como
de zombies, lo cual nos parece una buena idea si bien ocasiona que al menos de
momento haya poca variedad de aspectos en las partidas y también nos gustó la
idea de ver una barra de vida tanto en los personajes enemigos como en el
propio.
No siempre la pelas pero es una referencia
útil que permite saber a ciencia cierta si un rival efectivamente está a un
tiro de ser neutralizado.
Campaña, mapas y cinemáticas
Así como la campaña es un deleite visual acá
también lo son los mapas, más que por su diseño o el tema gráfico de resolución
y detalle, es el concepto, nuestro favorito es Moscú, una carta de amor a la
Rusia soviética, contraste entre arquitectura burocrática y fastuosidad
comunista pero hay de todo debido a la variedad de modos de juego y escalas que
maneja Black Ops Cold War.
Una convención de buques de guerra en medio
del mar, una fábrica de tanques en Alemania, una base soviética congelada, el
lugar de un accidente en el desierto y más.
Todos ellos presentados con prólogos vistosos
que construyen algo de contexto y hasta con una que otra referencia interesante
para fans que a ver si cachas.
Así como cinemáticas de introducción heredadas
de Modern Warfare que abonará la ambientación y en términos de diseño
francamente tenemos pocas quejas pero habrá que jugar semanas o quizá meses
para sacar conclusiones definitivas.
Black Ops Cold War es una mezcla de diferentes
conceptos desde la típica simetría de Garrison, pasando por los grandes
escenarios que favorecen a los snipers como el crossroads, los tradicionales
hangares de entrenamiento y los híbridos como salight.
Es un paquete con algo para diferentes estilos
de combate, si acaso hay un reproche este sería para Miami que por su carácter
nocturno dificulta la detección y distensión de personajes y bueno otra
observación sería quemaron varios mapas en la beta así que ahora que jugamos
pues sentimos que ya habíamos visto varios.
Dicho eso hay suficiente variedad y hay que
conceder a Black Ops Cold War que como producto, se siente más completo y
acabado de lo que Modern Warfare se sentía en su lanzamiento.
Sin olvidar que seguirá recibiendo contenido
por varios meses o incluso años así que bien ahí.
Modo zombie de regreso
Ahora bien mucho abona esa sensación de
integridad, el retorno de los zombies que como fans veteranos de la saga
reconocemos no es nuestro modo favorito aunque también debemos conceder que
esta es la rendición de la modalidad que más nos ha gustado desde aquella con
John F Kennedy, Fidel Castro y compañía.
La razón es la más fácil de comprender, hace
dos años nos perdimos en titanic y en el coliseo de gladiadores y francamente
no entendimos un demonio.
La modalidad estaba ya demasiado abotargada y
resultaba francamente absurda para estar dentro de un juego de guerra
contemporánea o futurista.
Dentro de la modalidad zombie tenemos Die Maschine, Die Maschine solo, Dead Ops Arcade y Dead Ops Arcade solo.
Die Maschine es algo mucho más digerible y
además comparte lenguaje visual y progresión con el multijugador, de modo que
puedes entender su estructura fácilmente, sus mejoras, sus habilidades y
armamento y el look de juego sacrifica algo del misterio en aras de una
dinámica más directa con principio y final donde los pasos a seguir son
fácilmente descifrables y repetibles, permitiendo a los jugadores concentrarse
en la diversión de matar zombies y no en resolver una bola de acertijos nada
más para poder avanzar.
Apareces en las ruinas del viejo nivel de
zombies de World at War, mismo que oculta una sofisticada máquina capaz de
abrir portales a través de los cuales cruzan..., adivinaste: zombies.
Matar zombies recompensa con dinero y
escombros que sirven para mejorar tus armas y habilidades y confeccionar
armamento de diverso tipo entre el cual figuran torretas y apoyo aéreo por
mencionar un par.
Los zombies también sueltan diferentes
artículos con rarezas específicas, sí que existe una serie de pasos a seguir
para ir accediendo a nuevas áreas pero la secuencia se descubre fácil y se
reproduce ágilmente y lo mejor es que después de la oleada 10 existe la opción
de pedir un helicóptero para huir del escenario aunque puede seguir hasta el
infinito si así lo deseas. Vaya nos parece que consolidar la estructura fue la
decisión correcta y nos volvimos adictos.
Para aderezar hay un modo de 20 oleadas y
otros donde vas persiguiendo un orbe a través de mapas específicos eliminando
oleadas en espacios confinados pero que no supo a poco y un curioso modo top down
que funge como entremés y es testimonio de esmero de parte de los
desarrolladores.
Pero no, Die Maschine es el protagonista del
modo, ni nos gustó muchísimo como también nos gustó el compartir la progresión
con el multijugador así que las armas que progresa en cualquiera de ambos
componentes del juego gozan de sus beneficios tanto en zombies como en el modo
competitivo tradicional.
También puedes desbloquear operadores y skins
de armas para el multijugador pero jugando zombies, de modo que siempre sientes
que avanzas en la experiencia general del juego.
Apartado musical y doblajes
Cerramos con el tema del audio donde la buena
noticia es que Call of Duty Black Ops Cold War está bien en español con acento
neutral.
En términos generales es un buen doblaje aunque siempre hacen falta esos matices como el del personaje con acento ruso o el de la chica británica, cuyos estilos de hablar abonan a sus respectivas personalidades y suelen perderse con las voces de locutor de radio. Es algo que señalamos en Modern Warfare y permanece
En lo concerniente a sonido del ambiente nos quejamos mucho en la beta y
aunque en Cold War sigue sin estar a la altura de su antecesor, unos buenos
audífonos realmente sacan a flote la potencia acústica que el juego puede
ofrecer.
Musicalmente más que las grandes composiciones
nos llamaron la atención que este Call of Duty incorporará un menú solo para su
música como si fuera Fifa.
Está bien, suponemos, aunque más allá de las
composiciones al estilo de los zares rusos no hubo algo que nos hiciera correr
a Spotify para escucharlo de nuevo como sí ocurrió por ejemplo en Modern
Warfare 2 donde participó un tipo llamado Hands Florian, en fin, bien a secas.
Conclusión
Debido a problemas logísticos por única
ocasión quedamos a deber las impresiones en consolas de nueva generación donde
Cold War seguramente ofrece algo distinto en términos de pantallas de carga y
rendimiento.
Pero también de vibración gracias al
Dualsense, de momento basta con confirmar que en PlayStation 5 cada arma ofrece
una vibración única tanto en el cuerpo del mando como en los gatillos y es algo
que morimos por disfrutar.
Cold War ofrece nuevos elementos, mecánicas y combinaciones de sus antecesores para todos los gustos, con gran apartado gráfico, musical y una experiencia multijugador que de seguro enganchará a más de uno.
Y tu que opinas, déjanos aquí abajo tus comentarios y cuéntanos si vale la pena darle una oportunidad a Cold War.